No es sencillo llevar una vida escolar en que te llaman “gorda” peyorativamente y es allí cuando tu autoestima empieza a caer, no te aceptas y crees que cada día que pasa solo empeora tu aspecto, cuando no es así, aún falta, repentinamente comienzan a crecer unos bultos amorfos en tu pecho, me preguntaba: “ya va, ¿Qué es esto que tengo?” y enseguida tu vergüenza de ver lo que tienes te hace sentir peor. Ciertamente al principio hasta lloraba de ver mis tetas, una más grande que la otra, caídas y con el pezón gigante y oscuro, no entendía por qué las de las demás chicas eran todas paradas, con pezones pequeños y rosados, eran simétricas y las mías no me gustaban, que nadie las viera, pero no hay nada mejor que cuando tú misma, vas poco a poco aceptándote tal y como eres, eso no se logra de la noche a la mañana, pero es tu decisión la rapidez con que pase. En una oportunidad, durante un campamento, observé como una chica podía andar en el cuarto que nos había tocado compartir, muy tranquila sin sostén, yo solo le observaba sus tetas y pensaba: “claro, teniendo tetas perfectas, así cualquiera las carga al aire delante de sus amigas”, pero, ¿Realmente existen las llamadas “tetas perfectas”? ¿Dónde salen las medidas para que sean así? ¿Quién las impuso? Tuvo que pasar el tiempo para darme cuenta que TODAS LAS TETAS SON PERFECTAS no hay medidas, tamaños, colores que te dicten una perfección, sino estereotipos que te hicieron creer que eso era así. Este gran proyecto es para mostrarte que tanto tú y como yo, tenemos arte en nuestra piel, somos bellas sin importar nuestro color, tamaño o que tan grande o pequeñas son nuestras tetas, las tetas son tu arte, no te avergüences de ellas, vive feliz sin el miedo al qué dirán, la única opinión que vale sobre ti, es la tuya.