«...así que me catalogaban en el grupo de "las planchadas, las nadadoras", hasta que me veían con vestimenta casual y sus percepciones cambiaban.
Mis tetas eran para mí una especie de "Belleza oculta"...» |
«...Llegue al punto de envidiar las de "las tetas chiquitas", no quería esa deformidad en mi cuerpo. Con el tiempo, y leyendo en internet supe que no era la única que tenia hermanas gemelas diferentes, que es normal, que las tetas perfectas no son las que salen en las grandes pasarelas de Victoria's Secret, o alguna revista Vogue, o para no ir tan lejos, las tetas que salen en Tv nacional...»
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«...Actualmente, a mí alrededor se han trasformado el tamaño de muchas tetas, y por un tiempo… esta pregunta fue muy repetida en mi vida… y tú ¿Pa’ cuándo te las operas?. De verdad que, poco me conocen, quienes me preguntaron, simplemente respondo con “es algo que no tiene prioridad en mi vida."...»
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«... "Maria Lola", "¿esos cocos tienen agua?" Miradas discretas de picardía "inocente" vivenciadas desde la aparición de los botones mamarios finalizando primaria. Lidiar con tu cuerpo liberador de estrógeno es el reto del resto de los días, mientras tus compañeras te admiran la voluptuosa figura...»
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«...Sin embargo a medida que iba tomando prioridades en mi vida y dejando a un lado el deseo de como debía verme según el estereotipo inyectado desde niña, comenzó la aceptación y el como debían ser para mi, el como me satisfacen, el placer que pueden producir si las amo tal y como son...»
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«...Recordar esa pequeñas experiencias en mi vida son muy significantes, el creer que mis senos llegarían a ser grandes como las demás, porque eso es lo que uno escucha, que tiene que ser así... Pero crecí y me di cuenta que la realidad es otra, que fui sometida a una biopsia y quizás no sea lo mas grave pero fue lo que me llevo a pensar en esas mujeres que sufren cáncer de mama, mujeres que por equis enfermedad se quedaron sin un seno o quizás los dos (...) Y no serán ellas las mas grandes pero son mías y las amo porque son arte...»
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«...La realidad era que todo a mi alrededor me hacía sentir que no encajaba con el resto. (Recuerdo como me sentía y digo inmediato: ¡la sociedad como nos reprime, nos ahoga y nos exprime!). Para muchas mujeres el tener las tetas grandes es lo ideal, lo más acertado, lo que te hace ser la más "deseable", la del cuerpo perfecto... Yo no lo veía de esa forma. Verlas caídas, enormes, con esas estrías, y con esa separación entre ellas, todo eso se resume en incomodidad... No me sentía cómoda con mis tetas, ni conmigo misma (...) En fin, fue todo un proceso de la guerra al amor. Nadie me enseño precisamente a celebrar mis tetas...»
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«... (...)mientras más grandes y firmes más lindas; y por defecto: los senos pequeños, caídos por efecto de la gravedad o flácidas porque, coño, son naturales, son menos atractivas, casi como si todos estos "requisitos" nos hicieran más o menos mujer.
Aunque a veces me daba pesar ver que todas se parecían cada vez más a una mujer y yo aún era la niña delgada que estaba de última en la fila, nunca sentí que mi cuerpo expresara algo de mi personalidad, así que decidí darle tiempo a mi cuerpo de crecer y aproveche yo de crecer...» |
«... Ser diferente siempre será abrumador, en ocasiones desee no tenerlas grandes... Pero con el tiempo me di cuenta que no hay tetas perfectas, ni personas tampoco......»
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«... (...)una más grande que la otra, caídas y con el pezón gigante y oscuro, no entendía por qué las de las demás chicas eran todas paradas, con pezones pequeños y rosados, eran simétricas y las mías no me gustaban (...)
pero, ¿Realmente existen las llamadas “tetas perfectas”? ¿Dónde salen las medidas para que sean así? ¿Quién las impuso? Tuvo que pasar el tiempo para darme cuenta que TODAS LAS TETAS SON PERFECTAS no hay medidas, tamaños, colores que te dicten una perfección, sino estereotipos que te hicieron creer que eso era así...» |
«...Ame mis tetas con locura desde que tuve conciencia, las cuales mantenía destapadas con escote en mano, apenas despunte en ese delicioso tobogán de la adolescencia que fue más parecido a la Corriente Australiana Oriental que a cualquier otra cosa. Pronto llegué a la Universidad y me di cuenta que era maravillosa la sensación de formar parte de ese grupo de mujeres que estaban en el ojo del huracán por el ancestral complejo de Edipo que tienen todos los hombres, donde nada era más importante para jóvenes, adultos, no tan jóvenes y no tan adultos que unas grandes, duras, bellas, redondas y muy puntiagudas tetas. (...) La etapa actual de mis tetas, una mamoplastia reductiva que dejo profundos queloides...»
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«...Desde que tengo uso de razón las quise tener pequeñas para poder exhibir los mejores y más profundos escotes sin ningún tipo de problema o pudor; o mejor aún para simplemente tener el mayor placer sencillo de la vida, salir a la calle en tetas, libres, poderosas, firmes, naturales, no tener que ser NUNCA más la esclava del sostén.
Por eso desde los 9 años nunca entendí cómo las mujeres querían esos cocos operados a su máxima potencia...» |